Primero fue esa cosa rara que cayó del cielo allá por los pagos de Monte Grande. Los de pensamiento oscuro recordamos inmediatamente "El color que cayó del cielo", de Lovecraft y sin decir ni media letra nos encogimos de hombros. Pero el domingo andando por Recoleta nos encontramos a LOS MOSTROS. Cuco, mama. Susto mucho. Unos árboles muy feroces con cara de veníquetemorfoelhígado acechaban entre sí mismos para devorarse a los fotógrafos que les pescamos algunas cosas como estas (hecho lo cual nos dimos prontamente a la fuga).
Si acercás la oreja a la pantalla, los escuchás gritar.
Por las dudas, no vayas de noche por las barrancas del Palais de Glace.
2 comentarios:
Por eso yo prefiero a los Ents, que tienen cara de buenitos...
De esos hay, pero en Palermo! Está buenísimo para ir y hacer registro también, gracias por la idea :)
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