Resulta (otra vez) que en Río Grande tienen un "solmáforo" que es como un semáforo pero que te va avisando de la intensidad de la radiación UV para que te protejas bien y no te expongas a riesgos innecesariamente. La cosa con la capa de ozono está bastante jorobada por estos lados polares y es necesario llevar protección de variada índole para salir impune ante la ira de Ra.
Justo la tarde de ayer era másssomenos benévola, como pueden ver por lo que marcaba bichejo en la foto. Al día de hoy no he tenido el placer de conocer de la fase naranja para arriba y nomás me tocó vivir en verdecito y amarillo. Pero como punto raro puedo decir que desde que llegué a la isla, no perdí ni medio gramo de color bronceado que había adquirido en Baires... y no es por la crema que me vengo poniendo, sino por otro tipo de cuestiones como la que mide el solmáforo. Así que believe it, or not: los rayos son de verdad. Cuidate, querete y todas esas cosas que no están de más.
PD: es que es eso, o me estoy bañando poco.
1 comentario:
Que loco, me encantan estas cosas autóctonas. En el cruce de los Andes desde Mendoza a Chile veía como cambiaban los carteles ruteros de un país a otro y estaba bueno. Por ejemplo, ahí no hay carteles de animales sueltos con el dibujo de una vaca sino con un venado, posta :)
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