La cuestión es que andando por la playa con la camarita al hombro, me topé con unos pajarines muy simpáticos que le hacían frente al terrible viento fueguino, y mientras los filmaba un poquito no me llegué a explicar cómo hacían para resistir tanto sin salir arrancados por el aire como bollitos de papel mientras a mí la cámara se me zarandeaba para todos lados.
Por lo que había contado la misma Temperita en los comentarios del post anterior y por lo que dice la guía de Aves de Magallanes que me regalaron el Profe y Sra., son los mismos playeros rojizos de los que tanto me había hablado mi amiga Edith.
+ Pueden ver el post anterior acá mismo (con video y todo)
Y acá abajo, a los personajes migratorios que con tanta fuerza viven y viajan de norte a sur del planeta.