¿Y? ¿Qué tal? ¿Cómo van todos esos buenos propósitos planteados entre el 31 y el 1?
¿Alguien se acuerda de todo lo que prometió, planificó y agendó para este año o la listita se perdió en el regadío urinario con el que fueron evacuadas todas las sidras, los champagnes y las cervezas?
Estamos ante la cruel realidad una vez más: lo programado queda para "después de las vacaciones".
"Después de las vacaciones" es un territorio minado de cosas que nosotros mismos nos colocamos en el camino y a la vez una ciudad completamente desconocida a la que vamos a ir porque no nos queda otra que seguir con la vida, vida cuyo camino atraviesa ese despuésdelasvacaciones por la mitad.
Despuésdelasvacaciones no es una novedad, pero ya querríamos creer que sí. La cuestión es que entre antesdelasvacaciones y despuésdelasvacaciones hay como una tijera que divide el estrato vivencial en dos: antesdelasvacaciones vemos a despuésdelasvacaciones como un terreno fértil donde pueden crecer todo tipo de proyectos, esperanzas y milagros. Lasvacaciones vendrían a ser una especie de limbo autoimpuesto en el que no pensamos en nada que tenga que ver con antesdelasvacaciones y deliramos a rajatabla la listita esa que hacemos con la programación anual. Surgen entonces pensamientos como "acá yo me quedaría a vivir, qué tal si nos mudamos todos a Villa Gesell?" o "sí, posta, vendo el taller y me pongo acá a vender panchos" y otras giladitas por el estilo. Lasvacaciones sirven para darse cuenta de lo que realmente uno necesita, anhela o desea al menos por un ratito: al menos por un ratito uno se da cuenta, y al menos por un ratito uno necesita eso. Después pum, palo, rutina.
En despuésdelasvacaciones uno ya quedó limpio de todas esas estupideces. Mondo y lirondo hasta de la lista de buenos propósitos -buenos para uno, que hizo la lista-, sumergido en el vaivén del almanaque hasta el nuevo puerto de diciembre. En el medio, islotes perdidos como semanadepascua o vacacionesdeinvierno en los que mucho mucho no podemos evaluar porque a ver si nos damos cuenta justo en la mitad, de que estamos haciendo todo para el carajo y todavía nos falta bastante para llegar al próximo diciembre.
Por mi parte, mi cabeza se tomó ahora lasvacaciones y todo el resto de mi humanidad quedó del lado de antesdelasvacaciones. No les puedo explicar lo complicado que es vivir entre una nube de cuetes y el cansancio, con la listita de cosas para despuésdelasvacaciones en la mano.