miércoles, enero 02, 2008

insomnio voluntario

Nueve y tantas de la noche y todavía hay luz. A la mañana, los pajaritos cantan pero la vieja tiene sueño.
Esta será la hora "oficial", pero mi bio-reloj tiene más problemas de adaptación a este nuevo imperio cronológico que a lo que fue en su momento un cambio drástico de husos horarios por traslados de continente.
No, cambiar la hora un 30 de diciembre no, cambiala a mediados de primavera, cuando las adaptaciones y crecimentos van más con los ritmos biológicos propios de nuestra entidad animal, tenemos menos stress por el fin de año, y recién nos estamos acostumbrando a la luminosidad creciente de los días.


Ahora: si me querés hacer creer que con levantarnos una hora más temprano y repartiendo lamparitas de bajo consumo vamos a compensar el gasto eléctrico de cientos y cientos de aparatos de aire acondicionado vendidos durante el año -entre otros artilugios que consumen electricidad-, desde ya te aviso que ando con la fe un poquito baqueteada y no arranca cuando la pisan a fondo.


¿Te cuesta acostumbrarte al cambio de hora?
Si
No
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PD: la gente prende los ventiladores, aires acondicionados y demás, haya luz natural o no la haya. Las heladeras, en esta época, también trabajan más, y todo el día. Algunos incluso hemos tenido acceso -oh! oh! oh!- a una revelación universal: si prendés una lamparita, ésta genera calor, así que miramos la tele y usamos la compu medianamente a oscuras.

¡Devuélvanme mi hora! ¡Mi reloj biológico la necesita!

+ Imagen: edificio de oficinas en Perú y Belgrano. Clic para ampliar la foto.
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APDEIT innecesario: Con la hora del mate NO SE JODE. A ver si somos claros: qué es eso de correrme el horario y que recién a las 12 y nosecuanto me agarren ganas de tomar mate. No señor. El mate a las 11 y tantas, no se puede andar jugando con las costumbres de la gente así tan alegremente, caramba! Cientos de Sindicalistas (acá la nº 54) desorientados con el termo a deshora porque una horita para acá, una horita para allá... epa, vamos, que esto no es un chiste. Están atentando contra costumbres sagradas de la gran masa. Y yo soy tan muy gran masa como cualquiera.