domingo, enero 18, 2009

acerca de la seguridad de la memoria

Hace poco compré un disco de 500 GB para guardar (fundamentalmente) fotos.
Por supuesto, empecé a pasar todo lo que tenía archivado en CD y DVD al megadisco este, empezando por las últimas carpetas bacapeadas y prolijamente archivadas que tengo por ahí.
Hasta que empecé a encontrar discos más viejos, de hace tres o cuatro años, cuando la vida era otra, yo era feliz de otra manera, o era feliz, o era de otra manera. Por ahí las dos cosas. Y me agarró una cosa acá.

En esta era de la mega-acumulación, también acumulamos datos y fotos y cosas que guardamos en formato digital, que de otra manera estarían solamente en nuestra memoria, o no estarían: nadie -a menos que sea un millonario de esos como Tïo Rico que se tiraba en piletas de guita y nadaba- saca el equivalente a 4 rollos de fotos en una noche por simple deporte, los revela sin tirar ni una foto a la basura. Ahora se guarda hasta lo que antes no se guardaba porque ni siquiera daba para pensar en tenerlo (antes que en almacenarlo).

Y siempre pensé qué pasaría cuando uno se encontrara, tarde o temprano, con este efecto del "guardar".
Vamos a dos casos:

Caso I.
Mi sobrino se murió hace un mes. Tengo fotos de él de hace un año, jugando en la plaza conmigo y con su mamá. Parte de mi función en la historia -su historia, la de su familia- fue rescatar esos archivos para... para lo que sea. No me voy a poner en disgresiones sobre eso ahora. Pasó, punto.

Caso II.
Fui feliz. Hace dos años, o tres, o cuatro. Y ellos están ahí en esas fotos. No me acordaría del ambiente si no hubiera sido una maniática que no paraba de hacer clic sobre todo lo que encontraba: hasta las fotos movidas están guardadas, todo tiene fecha. Mirando las fotos me acuerdo por qué él tenía sueño, de dónde habían salido los jazmines que ella tiene en la mano. Sé qué es ese coso rojo en ese estante y sé hasta qué música escuchamos esa vuelta, porque hasta le saqué una foto a la pantalla de la compu, que tenía el Winamp puesto.

Iba a pasar todas esas fotos al disco nuevo. Las del caso I las pasé, sí. Pero las del caso II no.
Uno tiene derecho a olvidarse de la felicidad, o de los momentos, o de los episodios. Tiene derecho porque la naturaleza se lo da. La memoria de uno por algo olvida lo que olvida y deja espacio para acordarse de otras cosas. No sé si quiero saber cómo fue la noche exacta de hace cinco años en tal lado. Quiero que mi memoria se encargue sola de lo que vale la pena, quiero poder confiarle a veces algo a la naturaleza. Quiero que las cosas sean falibles, no quiero siempre el almacén perfecto. No hice doble backup de esas carpetas, se quedaron en el CD en el que estaban, hasta cuando tengan que estar.

Esta noche decidí darle la posibilidad a mis archivos de perderse, de pincharse y de irse al tacho si es que les pinta. Así como se podrían deteriorar los negativos de un rollo, o perderse cosas en un incendio. O agarrarme Alzheimer, o dejar de acordarme la cara de mengano, o el mantel de perengano. Acabo de darle paso a la posibilidad de olvidar cosas, o por lo menos de no recordarlas, o de no tenerlas a la mano, o de no guardarlas exactamente registradas. No porque no me interesen, sino porque hay procesos biológicos a los que uno les tiene que dar bola, no darles pelota nomás a los "uy, se me cagó el disco", o "alamierda, mirá que no lo puedo abrir". No hay que esperar a la desgracia de perder la información, hay que evitar escribirla. O por lo menos no dejar que se inscriba todo. Tal como la cabeza hace a veces, que retiene lo que quiere.

No sé si está bien o está mal, por el momento elegí. Es como elegir la mortalidad, pudiendo ser inmortal por lo menos para uno mismo, mientras le dure la vida, con ortopedia para la memoria.

37 comentarios:

Federico Aikawa dijo...

Bater: Hace un tiempo tuve una situación similar a la tuya. Tenía unos 4 CDs con fotos, con viejos momentos en donde era feliz con una persona. Llegado el día decidí pasarlos a un DVD para ahorrar espacio, pero al ver otra vez esas fotos acumuladas de a montones, decidí que lo mejor era borrar los bytes que "sobraban".

Hoy no tengo recuerdos o cosas de esa persona más que lo que tenga en mi mente. Si era algo importante, lo guardaré en ella, pero los detalles que brindan las fotos (qué, donde, cuándo, quienes), decí eliminarlos. No necesito más.

Paula dijo...

El formateo es una manera de amnesia.
Amnesia programada no vale.

Zippo dijo...

Pareciera que estás dando un primer paso de soltarte del pasado, tanto bueno como malo. A lo mejor estás buscando mirar hacia adelante en busca de nuevos recuerdos.

LORD MARIANVS dijo...

Pasa que uno guarda por "afuera" y guarda por "adentro". Y a veces lo que guardamos por afuera nos hace recordar aquello que guardamos en algún lugar de nuestro "adentro" y ahí sentís esa patadita en la espinilla. Muchas veces nosotros, humanos, tenemos una incesante manía de acumular "por si acaso" como así también tenemos una loca manía de crearnos necesidades para seguir acumulando, y no hablo necesariamente de lo material, pero me estoy yendo por las ramas...

Solo diré que alguna vez borré unas fotos que no me hacía bien mirarlas por que me lastimaban y me dolían. Y noté que esa acción fue algo totalmente beneficioso para la salud aún sabiendo que mutilaba un registro de mi vida que no recuperaría. Hay que saber olvidar y saber no acumular y saber tirar para olvidar.

Guty dijo...

A mi lo único que me interesa guardar son las fotos de los enanos, de ahí en más, creo que todo es olvidable y no me haría demasiado daño perderlo.
Me gustó lo del final, elegir la mortalidad siendo inmortal.

Luciano dijo...

Podés guardar lo que quieras, si es que esos archivos viven más que uno entocnes dependerán un día de la decisión de un nieto trasnochado que dirá, a lo mejor, que se yo, borralas, son cosas del viejo choto ese.

Paula dijo...

A veces pienso si no seremos la primer generación capaz de desdigitalizarse sola. O la última generación que sabe por lo menos cómo hacerlo.

Mar dijo...

Si, está bien, avanzar, y largar un poco del lastre que nos nos deja caminar livianos.

Igual a veces yo me puteo por no haber sacado más fotos de esos momentos.

Beso.

Nati Alabel dijo...

Báter, sos una mina sabia.

Por cierto, cuántas veces viste Hiroshima Mon Amour? Una, ninguna o veinte?

Paula dijo...

Si es una serie/película, seguramente ninguna.
Ví "Zeitgeist" nomás porque no sabía qué quería decir la palabra y cuando pregunté, me pasaron un link al video de google.
Bueno, sí, soy rara, no miro cine ni series (salvo contadísimas excepciones, una vez al año, o menos).

Karito La Cordobesa dijo...

Vengo a decirte que tu post me dejó un nudo acá.

Y qu las fotos no dan abrazos, ni te escuchan, ni te dicen palabras que necesitás escuchar.

Nada más que eso.

Témpera Mental dijo...

¡Me en can tó!

Estoy en una etapa parecida, por una parte es forzosa ( mi memoria está labil) y la restante es voluntariosa.

Besos.

Chiru dijo...

uh, qué flash

Y cuánto alcoyana-alcoyana

Me encuentro en éstos días digitalizando videos (cassetes pequeños) pasándolos también al HD de 500 que para eso fue adquirido) videos y fotos...

Vi a mis viejos con vida, los escuché, recordé esas navidades juntos. Había gente que quería olvidar y ahí estaban (y yo censurando la captura para que no queden registradas :P )

Reviví reuniones con amigos, avances de mis hijos, mis felicidades y desdichas...

Todo un flah (qué justo que viniste a escribir ésto, que yo no hubiera podido hacerlo tan bien como vos) Gracias. :)

Anónimo dijo...

Feliz Cumpleblog Bater!!! (Ahora si!! ;) )

The Bug dijo...

Es cuando dejan de ser importantes algunas cosas que pasan a ser importantes otras.
A veces es bueno, a veces malo, pero es evolucionar al fin.
Feliz cumpleaños para el gran reino de Mantantiruland, amiga.

Fla-q dijo...

Somos todo, Bater.
Lo que fuimos, también somos nosotros.

Paula dijo...

Y lo que olvidamos también! Por eso, no somos todo, nunca.
Por eso es que seguimos.

Chap! dijo...

Soy de los que creen en el despojo. En que es sano andar liviano por la vida. Dejar perder algunas cosas. Dejar algún que otro espacio vacío, para permitir más espacio.
No es apología del olvido, sino aprovechamiento de la memoria.

Rapote dijo...

Las vivencias -en el estricto significado de la palabra- son las que van ocupando nuestra memoria y le dan sentido a su operatoria. Lo demás, son figuritas, videos, audios, etc. que -cuanto mucho- nos hacen evocar aquellas vivencias.

A mi también se me anudó la garganta. Le mando un abrazo.

Rapote

Anónimo dijo...

La evidencia registral es falaz y mentirosa por precisa detallada...

Yo recuerdo haber sido Batman a los 8 años. Y eso es más verdadero que cualquier fotografía de un pibe con Toppers y pantalones de gimnasia con un trapo colgándole sobre los hombros en un club de Belgrano...

Yo recuerdo haber escalado montañas que no eran toboganes en una plaza de Palermo...

Yo recuerdo que Dios hizo al hombre de barro y le sopló la vida en la boca...

Okrus / Batman

Aparición Urbana dijo...

Ya lo dijo Sabina, y si no lo dijo, debió:

"Al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver"

Besos y vivencias

DudaDesnuda dijo...

Ésa de ahí arriba soy yo antes de ser la que soy.

Besos y aclaraciones

Nena Zen dijo...

Debe hacer un tiempo largo que no paso por acá, las coincidencias me trajeron por "zeit...".

Cuando era chica mi abuela repasaba su album de fotos en blanco y negro y me contaba las cosas de esas fotos, de esas personas, de esas situaciones. En un ataque de miedo-al-olvido comencé a anotar tras algunas quienes estaban... habrá sido en unas pocas, la paciencia a los 9 años es... así.
Hace ya muchos años que falleció mi abuela y una de las cosas que pensé en ese momento fue "ahora nadie mas sabe quienes eran en esas fotos, lo que pasaba, lo que sentian" (ella sobrevivió a todas sus amigas y parientes).

Y con tu post recordé eso... y estoy pensando en los testigos de mi vida...y nadie quiere tanto esas fotos como uno. Te felicito por poder hacer con ellas lo que querés.
abrazos

Jorge Mux dijo...

Bater, este post es una joya. Es excelente.

Tiene todo.

Marcelo Lacanna dijo...

El otro día hablaba con unos amigos sobre este blog y dije que era sencillamente perfecto. Pero no podía dar más precisiones... ¿Qué mencionar, primero? Que estaba bien escrito? ¿Que tiene un plátano danzante de lo más simpático?

Gracias por este post.

Me lo voy a imprimir en forma de volantito.

Ahora, cuando me pregunten por qué me gusta mucho este blog, les voy a dar esto.

Paula dijo...

Listo, Marcelo, cuánto nos casamos?

Pablo dijo...

Si no recuerdo mal, unos tipos en Flores afirmaban que todo recuerdo es triste.

numaleon dijo...

También decían que todo recuerdo de un hecho triste es triste, y todo recuerdo de un hecho feliz, también es triste.

Rescato esta reflexión madura, Bater. Quienes guardamos y guardamos nos sentimos identificados. En mi caso, diría que hasta he sentido miedo de perder, de olvidar. Y no debe ser así.

Paula dijo...

Pablo, es que no todo recuerdo es triste. Algunos son desconcertantes: la foto de uno cuando es pibe y no se acuerda mucho del momento, pero ahí está uno, 30 años más chico. Otros están buenísimos: las fotos con las amigas de la secundaria. Las vemos ahora, 20 años después, con las locas estas que tengo de amiguetas, y nos descostillamos de la risa.

Almafuerte dijo...

Olvidé sin querer muchas cosas por distracción, por estupidez, por pasar sin estar realmente ahí. Y quisiera tener más elementos para recordar, a falta de otra cosa.

También pensé siempre en lo que escribió Ilse: quien es el último depositario de memorias y personas que se fueron, lugares y rincones que no existen más. Borges escribió unas cuantas cosas también sobre ésto...

Pero en el fondo se que tenés razón. Somos así: tenemos una capacidad limitada de almacenamiento y un dispositivo que borra o difumina. No es necesario guardar tantos registros, archivos ni boletos viejos como fetiches de lo vivido: hay que vivirlo en el momento y luego seguir, atesorando conscientemente en la memoria lo esencial.

Fernando dijo...

Estoy acá de paso, y por recomendación de mi esposa, y quería aportar mi punto de vista. Yo creo que no le diste paso a nada, y que el olvido es inevitable. Aún aunque hubieras pasado todo al disco, aún aunque hubieras tenido 20 discos. Me parece que no sería posible que revises todas esas fotos demasiado seguido (y cuánto más fotos, más imposible es revisarlas), e inevitablemente, tarde o temprano caerías en el olvido. Es inevitable. Como dice Doline: "El universo tiende al olvido", y yo creo que es maravilloso que así sea, el olvido no es malo, recordar todo nos volvería locos. Hay un cuento de Borges que habla de una persona que recordaba absolutamente todo, está muy bueno, lamento no recordar el título (caí en una aparente contradicción sin querer), me parece que te gustaría.
Saludos, muy bueno el artículo...

Fernando dijo...

Gracias a mi esposa, completo el dato: "Funes, el memorioso" es el cuento de Borges, y acá hay un link que lo publica: http://www.zap.cl/cuentos/cuento158.html

Paula dijo...

Uy! Un recomendado, gracias señoraesposadeFer! :)

Los fatalistas dolinianos me alacian un poco los ovarios porque no piensan sino es por voz de otro, pero vamos a hacer una excepción y a revisar algunas cosillas.
"el olvido es inevitable": sí. Uno se olvida. Pero no decide qué olvidar de lo que olvida, y qué recordar. Y tampoco, si uno recuerda, tiene la garantía de recordar todo tal cual era, o todo bien, o todo exactamente como sucedió. Uno puede olvidarse de las cosas importantes y quedarse en la memoria cosas absolutamente nimias. Uno puede sí olvidarse de revisar esas fotos, pero de lo que acá se habla es de tener a mano la posibilidad de hacerlo. Yo elegí no tener siquiera la posibilidad. Si no hay posibilidad, tampoco hay probabilidad.

El cuento de Borges es realmente terrible. Habla de una persona también, sin posibilidades, pero en este caso, de olvido.

Paula dijo...

Digo, todo esto despojando de toda poesía posible al recuerdo y al olvido, nomás apelando a la cuestión biológica de carecer de ortopedia para alguna que otra función psicológica superior (tal como la memoria lo es).

Fernando dijo...

Mi turno: el hecho de citar a la fuente del pensamiento es una cuestión de que me da vergüenza no hacerlo. Más allá de que obviamente, si cito a alguien es porque estoy de acuerdo con su manera de pensar. Y me parece que está bueno robar ideas, sirve mucho, y para esto cito a Newton: "Si veo o vi más que otros es porque estuve parado sobre el hombro de gigantes".
¡Ah! ¡y veo que no soy el primero en mencionarlo en este post! ¿Te visitan muchos seguidores de Dolina y no te cabe esa onda? Te pregunto de en serio (te aclaro porque tengo un prontuario que dice que todo el mundo se enoja conmigo cuando escribo sin conocerlos y creo saber por qué).
En ese sentido me parece que está mal poner a todos en una misma bolsa. Supongo que estarás de acuerdo.
El olvido, el olvido... cierto... la probabilidad, la posibilidad... ¿No tener la posibilidad de qué? No creo que haber borrado las fotos haya cambiado mucho lo que recordás y lo que no. ¿Vos creés lo contrario? ¿Que con las fotos recordarías "mucho" más? ¿Sensiblemente más?
Las fotos son, como dijiste, una "ortopedia" de la memoria. Alguien alguna vez dijo (esto tampoco es mío pero no recuerdo el autor) que la tecnología solo potenciaba cosas que el hombre podía hacer pero de maneras más imperfectas. Yo también creo esto, pero la memoria, la memoria no es tan fácil de potenciar, y las imágenes incluso pueden esconder recuerdos falsos e incompletos.
No sé si tiene mucho que ver con lo que dijiste, pero bué... mi imperfección me abruma... y este cuadradito donde hay que escribir me pone más sonso de lo que soy... Tiene forma de excusa... ¡y lo es!
Saludos nuevamente, gracias por tu respuesta.

PD: ¿por qué las gracias por el cuento no fueron extensivas a mí? Yo leí el cuento, yo lo recomiendo, mi esposa solo utilizó la artera ayuda tecnológica de Internet para encontrarlo... Es en broma (la mitad).

Paula dijo...

Uy se enojó! No era la intención, pensé que me ibas a entender.

No, los seguidores de Dolina no me visitan porque no les cabe mi onda de "refutadora de leyendas". (?)
Acá hay poca melancolía, los ángeles vienen en colores y los tangos los cantamos cuando estamos contentos.

A ver, hablo de recordar pelotudeces como el color de un mantel, nada más que eso! Por qué tanto valor a la cuestión? Eso es a lo que me refiero de la cuestión doliniana, uno habla de un maní y a colación viene la tristeza del cosechero detrás!

Querés que te agradezca el cuento? Bueno, también te agradezco el cuento.

AY DIOS, POR QUE LA GENTE NO ES MAS SIMPLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!!!!!!!!!!!


Libertad tenía razón.

Fernando dijo...

Ok, gracias por la confianza... La próxima lo voy a leer más tranquilo, así no tiro tanta fruta. Es curioso: yo también me pregunto por qué la gente no es más simple... Cito a Divididos (me gusta mucho esto de citar): "Debe haber un gran error... yo no lo sé...".