En un post de Diego Rottman que me dejó pensando, se toca el tema de lo que puede llegar a ser la distribución masiva de rumores y datos que "encadenen" perpetuamente a su protagonista a un pasado que no siempre es grato de recordar o fácil de leer.
Hoy por hoy, que podemos tener a mano recuerdos como los de la Noticia Rebelde que se pueden ver más abajo en este mismo blog, nos es factible tener acceso a un fragmento de algo que de no contar con medios digitales que le hacen de soporte, sería nada más que una cinta en un cajón o un recuerdo nebuloso en algún rincón de la memoria.
¿Cuáles son los riesgos de tener la historia tan a la vista, y cuáles las excusas que pondremos para olvidarnos del pasado?
De todas maneras, siempre habrá una lectura particular de todo aquello que se nos ofrezca al análisis; "ilusiones óptico-morales" como tan bien supo decir un señor hace rato, señor que terminó sus días chapita como una cabra pero que estuvo más lúcido que muchos a la hora de romper con algunos formatos ideológicos.
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