Carlos es médico y es fotógrafo, especialista en leucemia por un lado y retratista por el otro. En abril del 2000 empezó a trabajar con Rosa Sánchez Ramiro, también médica y a la vez paciente suya, a quien conoció en el hospital en el que trabajaba y a quien le propuso, en palabras de la misma Rosa, lo siguiente:
Todo comenzó cuando, recién estrenada en mi condición de paciente hospitalaria, apareció en mi habitación un tipo de aspecto peculiar. Tras presentarse como mi médico y comunicarme que se me iba a aplicar determinado protocolo de tratamiento quimioterápico, utilizó pocas palabras para hacerme saber que me hallaba al otro lado del espejo. No he aclarado que aquel tipo -que obviamente era Carlos- no venía solo. Le acompañaba, colgada de su cuello y reposando sobre la bata, una cámara fotográfica, un cíclope dispuesto a hacer de notario del reto que se me planteaba. La idea era reflejar mis sensaciones a través de fotografías a lo largo de mi estancia allí; también fotografiaríamos cada vez mi rostro, como un modo de no olvidar mi identidad a pesar de los cambios físicos que pudiera experimentar mi aspecto durante el proceso. Así comenzó todo, casi como un juego.
Así empezó el trabajo. El interés de Carlos es saber qué sienten y cómo pueden expresarlo sus pacientes a través de las fotos y operar con la propia imagen que ellos tienen de sí mismos como parte del tratamiento. Utiliza una frase muy buena para describir la función de la fotografía en este caso: la foto como un espejo con memoria. En el sitio que cuenta sobre la experiencia, Carlos relata más acerca de la modalidad terapéutica que aborda; ha dado un taller en Costa Rica y... si pudiera venir a Argentina...
Cuento más en otro post, pero como avance, estas palabras del mismo Canal que saqué del blog de Julia Ardón:
Uno, como ser humano, tiene que vivir el proceso de la enfermedad como algo a lo que tiene que enfrentarse para crecer y llegar a otro lugar, la vida es un proceso dinámico, es como el agua que no acaba de llegar nunca a ningún sitio y está siempre presente.Pareciera una declaración un poco simple, pero los invito a que visiten los links que puse más arriba para comprender que la situación propuesta, no lo es tanto.
Sigo soñando con la venida de Canal a Buenos Aires, mientras escribo un mail para ver si algún milagro se produce (porque sin acción, los milagros tardan más en pasar). ;)
2 comentarios:
qué lindo que te preocupe algo así... yo siempre pienso que hay ramas de la medicina que mejoran si el "técnico" es una persona ... culta... lo digo así, porque en realidad podría decir interesada en lo que hace y sobre quién lo hace.
No me gustan los enfermos profesionales, peor me gustan los pacientes activos, así el asunto, un pasciente de este tipo necesita un médico que lo respete y que entienda que al final siempre, siempre decide el pasciente como se tratará su SU enfermedad.
He dicho.
Un beso. Lindo post.
Gracias, Palita!
Ya a esta altura asistir a este curso es de una necesidad absoluta para mi vida (y seguramente, para muchos más que ni siquiera escucharon hablar de él y de las posibilidades que este tipo de trabajo da).
Ojalá, ojalá se de todo y algún día podamos tener un seminario con él.
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