No podés pasar por Tierra del Fuego y quedar igual. No sé si es el viento, o algunas conjugaciones mágicas en las que no está ausente el vino (^^)... pero todo, todo absolutamente todo mueve. En eso, el viento es la mejor metáfora que tiene este lugar, porque limpia, lleva, trae aromas y te pone patas para arriba el clima en treinta segundos (y no exagero).
Vivir en la isla es toparse todos los días con historias de gente que va y que viene, que se queda pero después se vuelve, o de "venidos" que no se van más: hasta los pajaritos tienen períodos de visita y se marchan buscando su norte, aunque muchos han encontrado el suyo acá, bien al sur.
Y... no sé si me gusta del todo Facundo Cabral. Hay cosas que no y hay cosas que sí. Aún así, creo que pocos temas hay que caigan tan bien en este momento y acá como el de abajo.
Sepan disculpar los cimbronazos de cámara, el viento cuando sopla se entusiasma mucho y además de moverme el alma me movió la Lumix para todos lados.
Dedicado a Temperita, parte fundamental de toda esta movilización.
PD: imperdible la gaviota bostezando.
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