Trabajar con archivos de diversos formatos (audio, gráfica, texto y más recientemente video) hace que empiecen a proliferar soportes de almacenamiento por todos lados: primero fueron los CDs, ahora DVDs, antes en cajitas y sobrecitos de papel, más recientemente empecé a prescindir de ese sistema, pero siempre, siempre, se terminan armando unas terribles controversias digitales respecto a "pero cómo, si lo archivé, ahora dónde fue a parar?".
Al principio recuerdo que optaba por el mismo estuche de plástico donde venían los cds en torre, y ahí iba poniendo todo. Resultado: nunca encontraba lo que necesitaba y no sabía dónde estaba cada cosa.
Ahora esa magia de la tecnología que son esas especies de biblioratos con cierre hacen que se conserve todo prolijito y acomodado.
Pero claro, la cosa caótica sigue siendo el maremágnum de archivos.
¿De qué manera hacer un backup? ¿Por fecha o por tema? ¿Guardar todo en un mismo DVD o ir usando varios, según el contenido?
Decidida a dar por finalizado el caos de una buena vez, me embarco en el proyecto más ambicioso que alguna vez tuve: enfrentarme a las cuatro o cinco torres de archivos en CDs/DVDs que tengo por ahí (no cuento cds de música en este caso) para ordenarlos, clasificarlos, ver qué tienen adentro los que hace rato no reviso, y ver si finalmente puedo controlar a todos esos malditos bits que me hacen perder la cabeza en lugar de facilitarme las cosas.
Si no vuelvo, es que o troné del todo, o estoy recuperándome del shock.
(acá, si pudiera dibujarlo, iría yo siendo comida por una especie de pac-man que es en realidad un cd malo malo malo con un montón de archivos cmx del año del cataplín).